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La pequeña y discreta Ginebra


Luna nueva en acuario, excelente luna nueva para pedir las nuevas intenciones.



Era lunes 08 de febrero y me desperté muy temprano, 6 am guardé las últimas cosas en mi mochila y partí a tomarme el colectivo rumbo a Ginebra. Hay algo que no puedo cambiar, es muy mío – no sé si la gran mayoría de los argentinos son así – la impuntualidad o salir jugada, tenía cole 7:30 am y llegué justito, 3 ó 4 minutos antes, pero siempre con el miedo a deambular por la ciudad y perder el bondi. Por suerte fue fácil y no me perdí, ya le estoy agarrando la mano. ¿Quién quiere que le haga de guía? Jajajaja.

De Lyon a Ginebra hay unos 140 kms, 2 horas en colectivo. Cuando abrí los ojos, vi las montañas nevadas y los volví a cerrar, por suerte esa postal ya la conozco. Ingresamos a la frontera de Suiza sin ningún control, menos mal, después de lo que había pasado de Italia a Francia, me quedó un cagazo bárbaro.

Baje del bondi, y hacia un frió que se te helaba el alma, woowww por fin el famoso frío Europeo, en mi mes en Francia solo lo sentí dos o tres veces – en Ushuaia, hace más frío, sin dudas – pero al rato ya me aclimataba con las caminatas. Llegué a la esquina de la rue Mont Blanc, y gratamente había un cartel de info turística – estos carteles son de mucha ayuda, para alguien colgado como yo– y me venía perfecto porque no tenía internet en mi celular. Camine unos pocos pasos y saqué fotos a los cisnes que se acercaban por comida, seguí caminando, pasé el puente y ví un chorro de agua en medio del río, raro que se yo, no le dí mucha bola tenía hambre y quería desayunar. Camine y camine y ningún lugar me llamaba la atención, además que todo era carísimo. En pocas cuadras vi inundadas las calles de publicidad de relojes marca Rolex – cierto era la tierra de los chocolates, navajas y relojes – y me sorprendí por su precio, 25.00 euros por ejemplo, y más todavía ¿alguien quiere uno de souvenir? Jajaja. Las calles estilo romano, también medival, una arquitectura impresionante, cada detalle, cada edificio era histórico, me encontré sacando fotos sin parar. Quería ir a la oficina de turismo, y como para variar le había errado de camino – tengo un pésimo sentido de orientación, que ya me asusta – y contemplado uno de los edificios escucho 2 mujeres hablando en español, sigo de largo, y después me pego la vuelta pensado: “ya fue, yo les pregunto”. ­ —Hola chicas, escuche que hablaban español, recién llegó y estoy buscando hospedaje barato, saben de alguno — les pregunté. Me miraron raro, va a si lo sentí yo, pero al toque una me contó de un paquete que habían conseguido re barato por lo que no tenían ni idea de hospedajes, pero aproveche y les pregunté de la oficina de turismo y me mandaron al famoso chorro de agua (Jet D’eau, que al final era un emblema de la ciudad). —Me dijeron, ven con nosotras vamos cerca de allí —Y acá va un consejo: por mas que les de vergüenza, y más si están solos, pregunten porque estas dos chicas me contaron que cuando te hospedas te dan una tarjeta para usar todos los transportes públicos gratis, me regalaron el folleto porque ya se iban y me explicaron 2 ó 3 cosas que seguramente en francés no hubiera entendido. Aproveché y me sacaron 2 fotos que por fin no eran selfies, están en mi face e instagram .

Encontré la oficina de turismo, y me sorprendió lo moderna que era, con pantallas touch para hacer las consultas, solo en inglés y francés, pero bueno algo es algo. También había unos guías audiovisuales – les cuento que yo imito todo lo que las personas hacen jajaja – y después pensé de nuevo ya fue yo le pregunté al chico de la recepción, y digo mi clásico spech: “Bonjour, je parle un peu francais”, y ya con esto te hablan más lento y te perdonan cualquier falla en la pronunciación, conjugación de verbos, etc. Mi segundo avance, me había animado a preguntar, bien por miiiiiiiiiiiiiiiii, aplausos por favor jajjaja! Me dio un par de folletos, y caminé con la misión de encontrar el hostel Geneve.

Mientras caminaba, la ciudad me estaba sorprendiendo, se usaba mucho mas la bici, había por todos lados, y también más los tranvía. Encontré una estación de Vélo, que yo pensé que era para alquilar una bici, metí un franco (igual a un euro) y me largo un ticket. Seguí las instrucciones, pase el ticket y se abrió la puerta: y lo que yo pensé que era un lugar de alquiler de bicicletas, era un lugar para guárdalas, por día, por mes, por lo que sea. Había banda de bicis, y yo contemplando asombrada, pensaba: porqué algo tan bueno y tan sencillo para evitar dejar la cleta en cualquier lado, o evitar robos, en argentina no funciona. La respuesta es re debatible, pero yo ya tengo mi opinión. Al final gasté un euro al pedo, y no tenía bici. Se lo quise regalar a un señor pero ya tenía, asique ya saben dónde me lo metí ¿no? Jajajjaja. Al lado de esa estación había alquiler de bicis, y me propuse volver después de encontrar el hostel. Seguí caminando, mirando todo, con los ojos enormes, atenta a todo, como se movía la gente, que decían… Con mapa en mano, encontré el hostel después de alargar un poco el camino – claro está que me perdí, como siempre, jajaja – me encantar hacer piernas!

Llegué al hostel Genava, super recomendado por las siguientes cosas: 1) es lo más barato – 36 euros por noche, compartiendo habitación – 2) Desayuno incluido. 3) tarjeta para usar el transporte público durante los días de estadía. 4) ahorro de agua, luz, son baños compartidos pero impecables 6) todo funciona con tarjeta: puerta de baños, habitación, cofre para guardar las cosas, sala de estar 6) Enorme, espacio amplios para usar la compu, enchufar los celulares 7) bueee no enumero mas porque me tendrían que pagar por el chivo jajajaja. Si alguna vez pisan Ginebra, esta es una de las mejores opciones.


Día 2 (09/02/16) Después de terminar de escribir todo lo que leyeron recién, me iba a dormir, estaba en el baño y escucho dos chicas hablando español. Y de vuelta me propuse a ponerme a charlar (y menos mal que lo hice). Las dos chicas – Blanca y Claudia – oriundas de Bolivia estaban en el mismo plan que yo, vacaciones y trabajo, con la diferencia que ya estaban hace unos cuantos meses, y sabían perfecto el francés y también ingles. Coincidió que estábamos en la misma habitación, y me invitaron salir a pasear con ellas al día siguiente.

Nos despertamos temprano, y también estaba Sarah - de Inglaterra – todas nos fuimos a pasear. Más tarde se sumo Gabriel, también de Bolivia y como ya vive en Ginebra hace mas de un año nos contó muchas cosas, nos mostró lugares, un poco de historia, donde comer rico… lo mejor es que entre todos me estaban ayudando a hablar un poco más, entre todos me corregían aunque les confieso que hablábamos más en español que en francés. A la noche se sumo Ernesto, nos juntamos todos a tomar unas cervezas, y la verdad la charla fue muy graciosa, los chicos le traducían a Sarah cuando hablamos en español, y ellos a mi cuando contaban algo en francés. Qué lindo el encuentro con sudamericanos, cuántas cosas en común tenemos y cuánto se aprende en un día!!!

Mi estadía en Ginebra fue muy placentera, a pesar de los días horribles que nos tocaron. Me encantó de Ginebra: lo limpia que es como ciudad, el orden –adentro mío existen mucho las estructuras, al parecer - el uso de la bicicleta por todos lados, con carro, sin carro, con canasto o sin, mujeres en polleras, con tapados, no importa la ropa, ni la edad. El sistema de transporte es fantástico, todo bien señalizado, ni hablar de que es gratis para los turistas. Te cruzan en un bote también de punta a punta del río (tremendo, 5 minutos de mini paseo). No pican el boleto y a diferencia de Lyon, no se pasa ni tarjeta ni ticket, esto evidencia algo muy grande. Tal vez subían inspectores en algún momento, pero se actúa de buena fe, yo quería mostrar mi boleto y nadie me lo pedía, jajajaj – y si es mucho para mi. Gabriel me contó que se basan en la “confianza”. Y lo que tanto me sorprendió, él me lo explicó en pocas palabras.

Como negativo es una ciudad muy cara, en todo: comida, ya sea en el super o sentarse a comer, pero la gente de acá tiene sueldos altos.

Mi acento argentino es reconocible en todos lados, incluso aquí en "la Suiza".


Me despido de la pequeña, bonita, discreta y ordenada Ginebra, besos a todos y hasta el próximo viaje!!!


Pd: El próximo: nieve y montaña, Chamonix y Chambery..... Au revoir!!!!



Fer


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