Creo que son esas preguntas que actúan como disparadores, que te hacen pensar, que te hacen reflexionar en qué estás haciendo con tu vida. Era un finde largo, el de Pascuas, papá, Romi y mis hermanitos habían ido a Córdoba a verme. Mi hermanito Felipe estaba con fiebre, y con Romi lo estábamos llevando a la guardia. Era un domingo nublado y lluvioso. Y mientras íbamos en el auto camino al sanatorio, Romi me dice: —Fer, no te veo feliz. —Sí, le digo no soy feliz, tengo todo para ser feliz, trabajo, salud, una profesión, mi familia está bien, vivo sola, pero me falta algo (además del novio jajaja) —¿Y qué querés? —me dijo ella. —Yo quiero viajar, quiero conocer el mundo. Yo me conozco, capaz me case, tenga hijos, pero siempre voy a tener esa insatisfacción de no haber cumplido mi sueño, y no quiero. —¿Y qué te lo impide? —me pregunto. —Me costó mucho todo lo que tengo, qué voy a hacer con mis cosas. No quiero llegar con una mano atrás y otra adelante, eso ya lo pase y no lo quiero pasar de vuelta— le dije.
Y ella me dijo: —¡Pará, me estás hablando de lo material! Si es por eso, guardas todo donde vivía mi hermana, viste ahí atrás de mis viejos (en Bs.As). —Ehhh, sí puede ser— le dije—. ¡No es mala idea! —Me encanta que tengas sueños, y tenés que cumplirlos, sabes que nosotros siempre te vamos a apoyar. —terminó diciéndome. Y así fue. La charla fue un poco más extensa, pero estos son los recuerdos más frescos que tengo de esa charla dominguera. Y ahí caí, que me estaba preocupando por una cama, una heladera.... en fin cosas materiales, que si costaron mucho esfuerzo y trabajo, pero que a fin de cuentas solo son cosas materiales que me anclaban a un lugar donde ya no quería estar. Qué pasó con mis cosas, se los cuento en los siguiente post!!
Antes de esta charla, por supuesto que mi deseo de viajar estaba hace tiempo. En 2012 tuve la idea de viajar a Francia, pero entre el laburo, la tesis, y el tiempo que significaba estudiar un nuevo idioma, desistí. Todo estaba muy trabado, y soy ferviente creyente que hay que pelear por lo que uno quiere, pero si se complica demasiado, es que por el momento no tiene que ser. Qué sé yo, ¿intuición será? Y así fue, no me equivoqué. Desde 2012 hacia adelante constantemente hablaba con colegas, compañeros, gente que iba conociendo y de repente te contaban que habían viajado, laburado por temporada, sabiendo muy poco el idioma del país al que iban, y que después de un tiempo terminaban aprendiendo. Los trabajos: juntar kiwis u otros frutos, cuidar chicos, mucama... en fin de todo... pero todos con el mismo objetivo, trabajar, tener un poco de plata, pero no para llenarse los bolsillos, si no para disfrutar del viaje. Y así, en mi cabeza la idea me empezó a gustar, empezó a resonar.
Nos vemos en los siguientes post! Si tenés ganas podes dejar comentarios abajo!
Besos y abrazos,
Fer